miércoles, 29 de agosto de 2007

Los tipos duros escriben poesía


Como ya sabrá cualquiera que se haya molestado en leer mi lista de gustos respecto a libros, Charles "Hank" Bukowski es uno de los autores que más respeto y admiro, por sus temáticas, por la fuerza de su escritura y sobre todo por su autenticidad, reflejo de una personalidad autodestructiva que le llevó a publicar más de cincuenta libros entre novelas, poesía y relatos cortos, con una carga autobiográfica más que significativa. De hecho, creó un alter ego, Henry Chinaski, al que utilizó para relatarnos aventuras y desventuras de su desparramada juventud y su más tranquila edad madura de esa forma cruda, descarnada y sincera que le caracterizaba. Toda su producción literaria está ambientada en esa ciudad de Los Angeles en la que vivió toda su vida y que le marcó tan profundamente.

No hablaba de lo que suelen hablar los libros que leemos. O al menos, no de la forma a la que estamos acostumbrados.

El tipo era un borracho, mujeriego, peleón e insolente, pero sus reflexiones sobre la vida, su falta de hipocresía y sus dos cojones, hablando en plata, me hacen tenerle en un altar, que queréis que os diga.

Se cagaba en todas las formas de conformismo habidas y por haber, en todas las convenciones sociales, en todos los estamentos y mecanismos de poder establecidos, en las instituciones y en la falsa moral y los dobles raseros. En resumidas cuentas, un puto genio.

Acojonante es también que llevando la vida que llevó, pasando más de 300 resacas al año, viviera hasta los 73 años. Murió de leucemia, no de cirrosis, y en su tumba, debajo de su nombre, su apodo y los años en que nació y murió (1920-1994), se puede ver la efigie de un boxeador con la guardia subida y la leyenda "Don't try". No lo intentes.

Frikeando por inten-nés, por esas páginas de Diox, encontré una muy interesante entrevista que le hizo el actor Sean Penn para el magazine “Interview” en 1987 (yo tenía dos años!!), pero el autor debía ser sudamericano y había partes que no entendía, así que me he pegado la pequeña paliza de volver a traducirla del inglés, incluyendo una parte que se había perdido por el camino.

Y aquí la reproduzco, para quien pueda estar interesado. Disfrutadla, es un compendio de filosofía en estado puro.

LOS TIPOS DUROS ESCRIBEN POESÍA (POR SEAN PENN)

Bares:
Ya no voy mucho a bares. Saqué eso de mi sistema. Ahora, cuando entro a un bar, siento náuseas. He estado en demasiados, es apabullante. Son para cuando uno es más joven: todo eso de darse de hostias con un tipo, hacerse el macho, conseguir mujeres... A mi edad, ya no lo necesito. Hoy sólo entro a los bares para mear. A veces según cruzo la puerta empiezo a vomitar.

El alcohol:
El alcohol es probablemente una de las mejores cosas que han llegado a esta tierra, además de mí. Así que nos llevamos bien. Es destructivo para la mayoría de la gente, pero yo soy un caso aparte. Hago todo mi trabajo creativo estando intoxicado. Incluso me ha ayudado con las mujeres. Yo siempre he sido reticente durante el sexo, y el alcohol me ha permitido ser más libre en la cama. Es una liberación porque básicamente soy una persona tímida e introvertida, y el alcohol me permite ser ese héroe que atraviesa el espacio y el tiempo, haciendo miles de cosas atrevidas... Así que el alcohol me gusta, cómo no.

Fumar:
Me gusta fumar. Los cigarrillos y el alcohol se equilibran. Antiguamente solía despertarme de una borrachera y había fumado tanto la noche anterior que mis dos manos estaban amarillas, casi marrones, como si tuviera puestos unos guantes. Y me preguntaba: “¡Mierda! ¿Cómo deben estar mis pulmones?”.

Pelear:
La mejor sensación es cuando tumbas a un tipo al que no se supone que puedas tumbar. Una vez tuve una pelea con un tipo que me estaba insultando. Finalmente le dije: “Venga, adelante”. No tuve ningún problema, le gané fácilmente. Después, él estaba tirado en el suelo. Tenía la nariz ensangrentada, y me dijo: “Jesús, te mueves siempre tan lentamente que pensé que serías fácil. Y cuando empezó la condenada pelea, ya no podía ver tus manos, te volviste tan rápido... ¿Qué pasó?”. Le dije: “No sé, hombre. Así son las cosas. Uno ahorra para cuando tiene que usarlo”.

Los gatos:
Es bueno tener un montón de gatos alrededor. Si uno se siente mal, mira a los gatos y se siente mejor, porque ellos saben que las cosas son como son. No hay por qué entusiasmarse y ellos lo saben. Por eso son salvadores. Cuantos más gatos tenga uno, más tiempo vivirá. Si tienes cien gatos, vivirás diez veces más que si tienes diez. Algún día esto será descubierto, la gente tendrá mil gatos y vivirá para siempre. Realmente es ridículo.

Las mujeres y el sexo:
Yo las llamo máquinas de quejarse. Las cosas con un hombre nunca están bien para ellas. Y cuando me arrojan toda esa histeria... Tengo que salir, coger el coche e irme. A cualquier parte. A tomar una taza de café en algún sitio. En cualquier sitio. Cualquier cosa menos otra mujer. Supongo que están construidas de diferente manera, ¿no? Cuando la histeria empieza, se acaba todo. Uno se tiene que ir, y ellas no entienden por qué. “¿Adónde vas?”, te gritan. “¡Me voy a la mierda, nena!”. Piensan que soy un misógino, pero no es verdad. Es puro boca a boca. Escuchan que Bukowski es “un cerdo macho chauvinista”, pero no comprueban la fuente. Seguro que a veces pinto una mala imagen de las mujeres en mis cuentos, pero con los hombres hago lo mismo. Incluso yo salgo mal parado muchas veces. Si realmente pienso que algo es malo, digo que es malo, sea hombre, mujer, niño o perro. Las mujeres son tan quisquillosas, piensan que la tengo tomada con ellas en particular. Ése es su problema.

La primera vez:
Mi primera vez fue la más rara. No sabía cómo hacerlo, así que ella me enseñó a comerle el coño y todas esas cosas de follar. Recuerdo que me decía: “Hank, eres un buen escritor, pero no sabes una mierda sobre las mujeres”. “¿Qué quieres decir? He estado con un montón de mujeres.”, le dije, y me respondió: “No, no sabes nada. Déjame enseñarte algunas cosas.” Le dije que bueno y ella: “Eres buen estudiante, aprendes rápido”. Eso fue todo. (Está un poco avergonzado, no por los detalles sino por el sentimentalismo del recuerdo.) Pero todo ese asunto de comer coños se puede poner un poco servil. Me gusta hacerlas gozar, pero... Todo está sobrevalorado. El sexo sólo es una gran cosa cuando no lo tienes.

El sexo antes del sida (y de casarse):
Continuamente entraba y salía de entre las sábanas. No sé, era como un trance, un trance de folleteo. Y las mujeres... uno les decía algo, las cogía de la muñeca, “vamos, nena”, las guiaba hasta el dormitorio y se las follaba. Cuando entras en el ritmo, sigues adelante. Hay un montón de mujeres solitarias allá afuera. Son bellas, pero no saben conectar. Están sentadas solas, van al trabajo, vuelven a casa... es algo maravilloso para ellas que un tipo se les aparezca. Y si se sienta cerca, bebe y habla, es entretenimiento. “Estuvo bien, tuve suerte”. Las mujeres modernas... no te cosen los botones.

Escribir:
Escribí un cuento desde el punto de vista de un violador de una niña muy pequeña. Y la gente me acusó. Me hicieron entrevistas. Decían: “¿Le gusta violar niñitas?”. Dije: “Por supuesto que no. Simplemente estoy fotografiando la vida”. Me metí en problemas con montones de cosas. Pero, por otro lado, los problemas venden libros. Aunque en última instancia, escribo para mí. (Da una larga calada a su cigarrillo.) Es así. La calada es para mí, la ceniza es para el cenicero. Eso es publicar. Nunca escribo de día. Es como ir al supermercado desnudo. Todo el mundo te puede ver. De noche es cuando se sacan los trucos de la manga... magia.

La poesía:
Siempre recuerdo que, en el patio de la escuela, cuando aparecían las palabras “poeta” o “poesía”, todos los gilipollas se reían y burlaban. Puedo ver por qué: es un producto falso. Ha sido falso, snob y endogámico durante siglos. Es ultradelicado, sobreapreciado. Es un montón de mierda. Durante siglos, la poesía era casi basura total. Una farsa. Aunque ha habido grandes poetas, no me entiendas mal. Había un poeta chino llamado Li Po que podía poner más sentimiento, realismo y pasión en cuatro o cinco sencillas líneas que la mayoría de los poetas en sus doce o trece páginas de mierda. Y bebía vino también. Solía quemar sus poemas, navegar por el río y beber vino. Los emperadores lo amaban porque podían entender lo que decía. Por supuesto, sólo quemaba sus poemas malos. Lo que yo quise hacer, si se me disculpa, es incorporar el punto de vista de los obreros sobre la vida... los gritos de sus esposas que los esperan cuando vuelven del trabajo, las realidades básicas de la existencia del hombre común... algo que pocas veces se menciona en la poesía desde hace siglos. Mejor, que quede registrado que dije que la poesía es una mierda desde hace siglos. Y una vergüenza.

Céline:
La primera vez que leí a Céline, me fui a la cama con una caja grande de galletitas Ritz. Empecé a leerle y me comía una galletita Ritz, me reía, me comía una Ritz, leía. Leí la novela entera de un tirón y me terminé la caja de galletitas. Y me levanté y bebí agua. Tendrías que haberme visto. No me podía mover. Eso es lo que un buen escritor te puede hacer. Casi te puede matar. Aunque un mal escritor puede hacerlo, también.

Shakespeare:
Es ilegible y está sobrevalorado. Pero la gente no quiere escuchar esto. No se puede atacar a los templos. Ha sido fijado a lo largo de los siglos. Uno puede decir que tal o cual es un pésimo actor, pero no puede decir que Shakespeare es una mierda. Cuando algo dura mucho tiempo, los snobs empiezan a aferrarse a ello, como ventosas. Cuando los snobs sienten que algo es seguro, se aferran. Pero si les dices la verdad, se vuelven salvajes. No pueden soportarlo. Es atacar su propio proceso de pensamiento. Me desagradan.

Su material de lectura favorito:
Leí en el The National Enquirer una nota titulada “¿Es su marido homosexual?”, y recordé que Linda me había dicho: “¡Tienes voz de marica!”. Así que dije: “Oh, sí, siempre me lo había preguntado”. Ese artículo decía: “¿Su marido se depila las cejas?”. Y yo pensé: “Mierda, lo hago todo el tiempo”. Ahora sé lo que soy. Me depilo las cejas, soy marica. Es muy amable por parte de The National Enquirer decirme lo que soy.

El humor y la muerte:
El último gran humorista era un tipo llamado James Thurber. Pero su humor era tan magnífico que tuvieron que ignorarlo. Este tipo era, podría decirse, un psiquiatra de las edades. Tenía algo ambiguo, hombre-mujer, veía cosas. Era sanador. Su humor era tan real que uno gritaba de risa, era como una liberación frenética. Aparte de Thurber, no puedo pensar en nadie... Yo tengo algo de humorista, pero no como él. No llamo humor a lo que tengo, lo llamo un “lado cómico”. Me quedé en eso. Casi todo lo que pasa es ridículo. Cagamos todos los días. Eso es ridículo, ¿no te parece? Tenemos que seguir meando, poniendo comida en nuestras bocas, nos sale cera de los oídos, tenemos que rascarnos... Cosas feas y tontas, ¿o no? Las tetas no sirven para nada, salvo...

La verdad es que somos monstruosidades. Si pudiéramos vernos, podríamos amarnos, darnos cuenta de lo ridículos que somos, con nuestros intestinos retorcidos por los que se desliza lentamente la mierda mientras nos miramos a los ojos y decimos: “Te amo”. Nos carbonizamos y producimos mierda, pero no nos tiramos pedos cerca del otro. Todo tiene su lado cómico. Y después nos morimos. Pero la muerte no nos ha ganado. No ha mostrado ninguna credencial. Nosotros hemos mostrado todas las credenciales. Con el nacimiento, ¿nos ganamos el derecho a la vida? No realmente, pero con total seguridad la hija de puta nos tiene atrapados... La muerte me provoca resentimiento, la vida también, y mucho más estar atrapado entre las dos. ¿Sabes cuantas veces he intentado suicidarme? Dame tiempo, sólo tengo 66 años. Sigo trabajando en eso. Cuando uno tiene tendencias suicidas, nada te molesta, excepto perder en las carreras de caballos. ¿Por qué será? A lo mejor porque uno usa su mente en las carreras, y no su corazón. Pero nunca he cabalgado. No estoy muy interesado en el caballo sino en el proceso de acertar o no, selectivamente.

Las carreras:
Traté de ganarme la vida con las carreras por un tiempo. Es doloroso. Es vigorizante. Todo está al límite, el alquiler, todo. Pero uno tiende a ser cuidadoso. Una vez estaba sentado en una curva. Había doce caballos en la carrera y estaban todos amontonados. Parecía un gran ataque. Todo lo que veía era esos grandes culos de caballo subiendo y bajando. Parecían salvajes. Miré esos culos de caballos y pensé: “Esto es una locura total”. Pero hay otros días en los que ganas cuatrocientos o quinientos dólares, ganas ocho o nueve carreras seguidas, y te sientes Dios, como si lo supieras todo. Y todo queda en su lugar.

La gente:
No miro mucho a la gente. Es perturbador. Dicen que si miras mucho a otra persona, te empiezas a parecer a ella. Pobre Linda. La mayoría de las veces puedo pasar sin la gente. La gente no me llena, me vacía. No respeto a nadie. Tengo un problema en ese sentido. Estoy mintiendo pero, creéme, es verdad.

Ser reconocido por la calle:
El otro día estaba sentado por ahí y sentí como empezaban a mirarme. Sabía qué iba a pasar, así que empecé a moverme para irme, y un hombre me dijo: “Perdone”. Le dije: “Si, ¿Qué pasa?” y me preguntó: “¿Es usted Bukowski?”, a lo que le respondí: “¡No!”. Me dijo: “Supongo que la gente le pregunta eso constantemente, ¿verdad?” y yo dije: “¡Sí!” y me marché inmediatamente. Sabes, ya he hablado de esto anteriormente. No hay nada como la privacidad. En serio, me gusta la gente. Es genial que les gusten mis libros y todo eso, pero… yo no soy el libro, ¿sabes? Yo soy el tipo que lo escribió, pero no quiero que vengan a lanzarme rosas o algo así. Quiero que me dejen respirar. Y ellos quieren salir de farra conmigo. Se imaginan que traeré algunas putas, música salvaje, y agujerearé a alguien... ¡Se han leído mis historias! Pero mierda, ¡Esas cosas pasaron hace veinte o treinta años, coño!

La fama:
Es destructora. Es una puta, una perra, la destructora más grande de todos los tiempos. A mí me tocó la mejor parte porque soy famoso en Europa y desconocido aquí, en Estados Unidos. Soy uno de los hombres más afortunados del mundo. Soy un perro suertudo. La fama es realmente terrible. Es una medida en una escala de denominador común, mentes trabajando a un nivel muy bajo. No tiene valor. Una audiencia selecta es mucho mejor.

La soledad:
Nunca me he sentido solo. He estado en una habitación, me he sentido suicida. He estado deprimido, me he sentido horrible más allá de lo descriptible, pero nunca pensé que una persona podía entrar en una habitación y curarme. Ni varias personas. En otras palabras, la soledad no es algo que me moleste porque siempre he tenido ese terrible deseo de estar solo. Siento la soledad cuando estoy en una fiesta, o en un estadio lleno de gente vitoreando algo. Citaré a Ibsen: “Los hombres más fuertes son los más solitarios”. Nunca he pensado: “Bueno, ahora va a entrar una rubia hermosa y vamos a follar, me va a acariciar las pelotas, y me voy a sentir bien”. No, eso no iba a ayudar. Has visto cómo piensa la gente común: “Guau, es viernes por la noche, ¿qué vamos a hacer? ¿Quedarnos aquí sentados?”. Bueno, sí. Porque no hay nada ahí fuera. Es estupidez. Gente estúpida mezclándose con gente estúpida. Que se estupidicen entre ellos. Nunca he tenido ansiedad por lanzarme a la noche. Me escondía en bares porque no quería esconderme en fábricas. Eso es todo. Les pido perdón a millones de personas, pero nunca me sentí solo. Me gusta estar conmigo mismo. Soy la mejor forma de entretenimiento que puedo encontrar. ¡Bebamos algo más de vino!

El tiempo libre:
Es muy importante tener tiempo libre. Hay que parar por completo y no hacer nada durante largos períodos para no perderlo todo. Seas un actor o una ama de casa, cualquier cosa, tiene que haber grandes pausas en las que no hagas nada. Uno se tira en una cama a mirar el techo. Hacer nada es muy, muy importante. ¿Y cuánta gente lo hace en la sociedad moderna? Muy poca. Por eso la mayoría está totalmente loca, frustrada, enojada y odiosa. Antes de casarme, o de conocer a muchas mujeres, bajaba las cortinas y me metía en la cama durante tres o cuatro días. Me levantaba para cagar y para comer una lata de judías. Después me vestía y salía a la calle, y el sol brillaba y los sonidos eran maravillosos. Me sentía poderoso, como una batería recargada. Pero, ¿sabes qué me tiraba abajo? El primer rostro humano que veía en la acera, y perdía la mitad de la carga ahí mismo. Esa cara monstruosa, sin expresión, tonta, sin sentimientos, cargada de capitalismo. La rutina. Y decías: “¡Oooh! Allá va la mitad” Pero aún así valía la pena, me quedaba la otra mitad todavía. Por eso el tiempo libre es importante. Y no digo tomarse tiempo para tener pensamientos profundos. Hablo de no pensar en absoluto. Sin pensamientos de progreso, sin pensamientos sobre uno mismo. Sólo… como un gusano. Es hermoso".

La belleza:
No existe algo como la belleza, especialmente en un rostro humano, eso que llamamos fisonomía. Todo es un imaginado y matemático alineamiento de rasgos. Por ejemplo, si la nariz no sobresale mucho, si los costados están bien, si las orejas no son demasiado grandes, si el pelo no es demasiado largo... Es una mirada generalizadora. La gente piensa que ciertos rostros son hermosos, pero, realmente, no lo son. Es una ecuación matemática de cero. La verdadera belleza, por supuesto, viene de la personalidad. No tiene nada que ver con la forma de las cejas. Me hablan de muchas mujeres que son hermosas... pero cuando las veo, joder, es como mirar un plato de sopa.

La fealdad:
No existe. Hay algo llamado deformidad, pero la simple fealdad no existe. He dicho.

Érase una vez:
Era invierno, yo me estaba muriendo de hambre intentando ser escritor en Nueva York. No había comido en tres o cuatro días. Así que finalmente dije: “Me voy a comer una gran bolsa de palomitas”. Y Dios, no había comido nada en muchos días, así que era simplemente buenísimo. Cada grano era como un churrasco. Tragaba y echaba palomitas de maíz a mi estómago que decía “¡Gracias, gracias!”. Estaba en el paraíso, caminando por ahí, hasta que dos tipos pasaron a mi lado y uno le dijo al otro: “¡Jesús!”. El otro dijo: “¿Qué pasa?” “¿Has visto a ese tipo comiendo palomitas? Dios, era horrible.” Así que no pude disfrutar el resto de la bolsa. Pensé en qué habría querido decir con eso de que “era horrible”. Yo estaba en el paraíso. Supongo que era un poco cochino. Ellos siempre pueden distinguir a un tipo hecho mierda.

La prensa:
Disfruto las cosas malas que se dicen sobre mí. Aumenta la venta de libros y me hace sentir malvado. No me gusta sentirme bien porque soy bueno. ¿Pero malo? Sí. Me da otra dimensión. Me gusta ser atacado. “¡Bukowski es desagradable!” Eso me hace reír, me gusta. “¡Es un escritor desastroso!” Sonrío más. Me alimento de eso. Pero cuando un tipo me dice que dan un texto mío como material de lectura en una universidad, me quedo boquiabierto. No sé, es terrible ser demasiado aceptado. Sientes que has hecho algo mal. (Levanta el dedo meñique de su mano izquierda) “¿Has visto este dedo?” (El dedo parece paralizado en forma de "L"). “Me lo rompí una noche, borracho. No sé por qué, pero nunca volvió a su forma original. Funciona perfecto para la letra “A” de la máquina de escribir, y qué demonios, le agrega algo a mi personaje. ¿Ves? Ahora tengo carácter y dimensión” (Se ríe).

La valentía:
A la mayoría de la gente supuestamente valiente le falta imaginación. Es como si no pudieran concebir lo que sucedería si algo saliera mal. Los verdaderos valientes vencen a su imaginación y hacen lo que deben hacer.

El miedo:
“No sé nada sobre eso”.
(Se ríe).

La violencia:
Creo que, la mayoría de las veces, la violencia es malinterpretada. Hace falta cierta violencia. En nosotros hay una energía que necesita ser liberada. Creo que si esa energía es contenida, nos volvemos locos. La paz última que todos deseamos no es un área deseable. De alguna manera, no estamos destinados a eso. Por eso me gusta ver peleas de boxeo, y por eso yo mismo las protagonizaba en mi juventud. A veces se llama violencia a la expulsión de energía con honor. Hay locura interesante y locura desagradable. Hay buenas y malas formas de violencia. Es un término vago. Está bien si no se hace a expensas de otros.

El dolor físico:
Con el tiempo uno se endurece, aguanta el dolor físico. Cuando estaba en el Hospital General, un tipo entró y dijo: “Nunca vi a nadie aguantar la aguja con tanta frialdad”. Eso no es valentía. Si uno aguanta suficiente dolor, acaba cediendo. Es un proceso, un ajuste. Pero no hay forma de acostumbrarse al dolor mental. Me mantengo lejos de él.

La psiquiatría:
¿Qué consiguen los pacientes psiquiátricos? Una factura. Creo que el problema entre un psiquiatra y su paciente es que el psiquiatra actúa de acuerdo al libro, mientras que el paciente llega por lo que la vida le ha hecho. Y aunque el libro pueda tener cierta perspicacia, las páginas siempre son las mismas y cada paciente es diferente. Hay muchos más problemas individuales que páginas. Hay demasiada gente loca como para resolverlo diciendo: “Tantos dólares por hora, cuando suene el timbre hemos terminado”. Eso sólo puede llevar a una persona un poco loca a la locura total. Están empezando a abrirse y a sentirse bien cuando el psiquiatra dice: “Enfermera, arregle la próxima cita”. Todo es asquerosamente mundano. El tipo está ahí para quedarse con tu culo, no para curarte. Quiere tu dinero. Cuando suena el timbre, que entre el siguiente loco. Ahora, el loco sensible se va a dar cuenta de que cuando el timbre suena, significa que le van a joder. No hay límites de tiempo para curar la locura, y no hay facturas suficientes para eso, tampoco. Muchos de los psiquiatras que yo he visto parecen estar al límite ellos mismos, además. Pero están demasiado cómodos. Creo que el paciente quiere ver un poco de locura, no demasiado. Ah, los psiquiatras son totalmente inútiles. ¿Siguiente pregunta?

La fe:
La fe está bien para los que la tienen. Mientras no la carguen a mis espaldas... Tengo más fe en mi fontanero que en ser eterno. Los fontaneros hacen un buen trabajo. Mantienen la mierda fluyendo.

El cinismo:
Siempre me acusaron de cínico. Creo que el cinismo es una uva amarga. Es una debilidad, es decir: “¡Todo está mal! ¿Entiendes? ¡Esto no está bien! ¡Aquello no está bien!”. El cinismo es la debilidad que evita que nos ajustemos a lo que ocurre en el momento. El optimismo también es una debilidad. “El sol brilla, los pájaros cantan, sonríe.” Eso es mierda también. La verdad está en algún lugar entre los dos. Lo que es, es. Si no estás listo para soportarlo... muy mal.

La moralidad convencional:
Puede que no exista el infierno, pero los que juzgan pueden crearlo. Pienso que la gente está sobredomesticada. Uno tiene que averiguar lo que le pasa, y cómo va a reaccionar. Voy a usar un término extraño aquí: el bien. No sé de dónde viene, pero siento que hay un rasgo básico de bondad en cada uno de nosotros. No creo en Dios, pero creo en esta “bondad” como un tubo dentro de nuestros cuerpos. Puede ser alimentada. Siempre es mágica, por ejemplo cuando en una autopista sobrecargada de tráfico un extraño deja hueco para que alguien pueda cambiar de carril... es esperanzador.

Sobre ser entrevistado:
Es como ser arrinconado. Es vergonzoso. Por eso, no siempre digo toda la verdad. Me gusta jugar y burlarme un poco, así que doy información falsa sólo por el gusto de entretener y mentir. Así que si queréis saber algo sobre mí, no leáis una entrevista. Ignorad ésta, también.

Para más información, podéis consultar www.bukowski.net (en inglés, que es además el sitio de donde saqué la entrevista original), o la página sobre Bukowski de la Wikipedia, y saber algunas cosas más sobre el último escritor maldito de la literatura norteamericana.

martes, 28 de agosto de 2007

Saludos!!! Estreno el blog... para quien pueda estar interesado...

Pues sí, después de mucho pensármelo, y sin tener ni idea de cómo funciona o se administra un blog medianamente serio, he decidido abandonar esa precaria intentona de W*n*ows L*ve Sp*c*s y pasarme a Blogger.
Y de momento estoy muy satisfecho con lo que se me ofrece, puedo colgar fotos y diseños propios, utilizarlos de cabecera, poner musiquita, organizarlo todo a mi gusto, etc. ¡Que adelanto! ¡Que maravilla! ¡Jarl!
Ahora sólo espero que la gente venga a visitarlo, que lo lean, que les guste y no ser el más triste de los bloggers del planeta, con 0 visitas y ni un misero comentario.
Aunque viendo la cantidad de bitácoras que hay por ahí rulando, no me extrañaría, la verdad... Tanta gente escribiendo y tan poco tiempo para leer... si por lo menos me pagaran... pero de momento, paso de poner publicidad ni leches.

Bueno, pasemos a las presentaciones: Como ya habréis podido leer en mi perfil (si es que os habéis molestado), soy un tipo bastante friki, que tan pronto disfruta de una película enternecedora de Roberto Benigni como de una ultra-gore dirigida por un japonés loco con obsesión por los yakuzas, que se lía la manta a la cabeza y se dedica a hacer el gilipollas con un ordenador y el Photoshop(as).
La idea con la que parto es la de ir colgando mis pequeños trabajillos, si es que termino alguno, y mostrarlos por aquí para que la gente me de su opinión. Estáis tod@s invitad@s... Peeeero! No sólo eso, sino que iré volcando aquí mis paranoyas en forma de escritura, mis opiniones sobre cualquier cosa que se me ocurra que pueda ser interesante (o aunque no lo sea, que pa' eso el blog es mío), pequeñas reseñas de música, conciertos, comics, blogs, páginas web, vídeos musicales o de youtube, etc, etc.
Así que no, no es un blog muy unidireccional que digamos, y espero que por ese y otros motivos a la gente le pueda resultar agradable hacerme una pequeña cyber-visita y compartir sus opiniones o hallazgos conmigo. A ver si es cierto eso de que los blogs van a cambiar el mundo y que la comunidad de la blogosfera esa es tan enrollada como dicen.
Yo, por mi parte, prometo no desinteresarme demasiado, al menos al principio (cosa rara en mí) y traer contenidos nuevos si no cada día, al menos unas pocas veces por semana, y contestar a todo el mundo, visitar su blog, opinar, comentar, relacionarme, y tal y tal.

Las primeras entradas que publique, aparte de esta, serán migrando contenidos que ya tenía en el otro blog, si las encuentro aceptables todavía, y presentándoos algunos de los pilares de mi pequeño universo: Kronika Lirika, las aberraciones que escribo, algunos diseños propios y fotillos con mis amigos, novia, familia y tal, si ellos quieren, claro. (Aunque no lo tengo mu' claro).

De momento eso es todo, mañana o pasado más. Besos, abrazos y lametones para l@s que esto leáis.


"¿¡Habéis visto el tamaño de ese...!? KIKIRIKIIIIIIIII!!!!" - Arma Joven (1988)